Con las tecnologías validadas y muy buenos resultados en las tasas de conversión, crecimiento y mortalidad de biomasa, la iniciativa público-privada, impulsada por Corfo, ha demostrado que, a través de I+D+i, se pueden sentar las bases para un nuevo tipo de acuicultura en Chile.
El Programa Tecnológico Estratégico para el Desarrollo de la Acuicultura Oceánica (PTECAO) es una iniciativa público-privada que fue lanzada en 2019 bajo el alero del Programa Estratégico Mesoregional Salmón Más Sustentable de Corfo y cuyo objetivo fundamental es avanzar hacia el cultivo de peces en zonas expuestas o también denominadas de alta energía, y así avanzar hacia un sistema evaluable, operable y escalable a nivel comercial. Esto, junto con entregar las herramientas para que la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca) pueda establecer una legislación específica para acuicultura oceánica (AO).
Desde entonces, el Programa ha ido cumpliendo cada uno de sus objetivos para aportar, de manera real, al desarrollo de la acuicultura oceánica en Chile y en la exportación de nuevas e innovadoras tecnologías que permitan el cultivo de especies hidrobiológicas en zonas expuestas y/o de alta energía en diversos países.
Este Programa está basado en tecnologías y economías de escala que se traducen en menores emisiones, menor huella de carbono y, por ende, sostenibilidad, ya que al instalar los cultivos más afuera –en términos de distancia desde el borde costero– y en escenarios de mayor dinamismo de los intercambios de agua, se impulsa el bienestar animal, junto con una sostenibilidad ecosistémica al diluir el impacto del cultivo en un perímetro de hasta 10 kilómetros alrededor del centro de cultivo.
En estos cuatro años de funcionamiento, las tecnologías que se han desarrollado en el marco del Programa, y que pertenecen a las empresas proveedoras Walbusch, AST y Aquarov, se han validado de manera fehaciente en los centros de Pirén y Quillaipe de la compañía salmonicultora Granja Marina Tornagaleones (GMT – Marine Farm).
En este contexto, los centros cuentan con balsas de cultivo de un tamaño superior al promedio de la industria, la disminución de los metros cuadrados (m2) de redes utilizadas implica menos fouling, menos energía para la limpieza, menos operaciones y logística, convirtiéndose así en una iniciativa público-privada que ha demostrado que, a través de la investigación, desarrollo e innovación (I+D+i), se pueden sentar las bases para un nuevo tipo de acuicultura en Chile.
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